viernes, 20 de abril de 2018

"Nunca me acostumbraré a nada, cualquiera que lo haga, le valdría más estar muerto"

Desayuno en Tiffany
Breakfast at Tiffany's
Truman Capote
1958







Tenía que leer esta novela después de ver la película simplona y sosa que resulta ser un clásico del cine mundial.

Tal vez porque vi que se trata de Truman Capote, que supe que no era posible que él escribiera una historia tan simplona como la adaptación de la película. Si bien él estuvo presente en la filmación, podemos a leguas ver que la película es más producto de su época que una adaptación fiel a su obra.

"Breakfast at Tiffany's" es la historia de la enigmática Holly Golightly, una muchacha de diecinueve años que vive en un departamento sin muebles en New York y que básicamente vive de lo que le dan los hombres.

No podemos decir que es precisamente una prostituta, ya que, debido a sus relaciones sociales, conseguía invitaciones y dinero sin necesidad de tener sexo, aunque en diferentes ocasiones sí lo tuviera.

La historia de Holly está narrada a través de los ojos de un escritor que nunca nos da su nombre, aunque es más que obvio, que el escritor es el mismo Capote ya que comparte la misma fecha de cumpleaños que su personaje, 30 de septiembre. Lo que le da, desde luego un toque autobiográfico a la narración.


Uno de los aspectos que se pueden detectar en la historia, es que cada uno de los personajes tiene algo de Capote, podría atreverme a decir, que cada uno de ellos, es un aspecto del carácter caleidoscópico del autor.

En el caso de Holly, una chica que debajo de todas sus capas de glamour, vive una jovencita proveniente de la zona rural del sur de Estados Unidos, tal como el mismo Capote, que se crió en el campo sureño en Alabama. El nombre original de Holly es "Lula Mae", el nombre de la madre de Capote era Lillie Mae.

Más que falta de imaginación, es muy fácil asumir que Holly es en parte Capote queriendo escapar de su propia vida, por medio de sus letras, por medio de sus viajes, Holly y sus capas de glamour son la cara de Capote al mundo, pero debajo de toda ella, está una persona sencilla, que sólo quiere volar, que quiere amar, pero que sabe que de alguna forma no se lo puede permitir.

Nuestra protagonista tiene un gato (Capote era amante apasionado de los felinos), que ella deliberadamente decide no nombrar, porque el gato es libre y ella también lo es, no lo nombra porque no le pertenece, o al menos eso cree ella. A través de esos símbolos, se nos muestra una obsesión con la libertad, la indiferencia a las ataduras emocionales, el gran miedo a ser herido, el alivio que trae la indiferencia a los sentimientos y los seres vivos. La glorificación de lo superficial porque solamente así  

La vida de la protagonista, a pesar de sus diecinueve años, es oscura, tiene un pasado de soledad, hambre, vandalismo por necesidad y abuso sexual. En una parte del libro ella dice: "He tenido once amantes desde los 13 años, los que hubo antes de esa edad, no cuentan".

Muy probablemente Capote se inspiró en la historia  triste y real de abuso sexual en la niñez de aquella Norma Jean Baker, que se cubriría de tantas capas llamadas Marilyn que nadie podía verla.  era obvio que ella fuera su opción número uno para ser Holly en su película, ya que, de alguna manera,  le hace un homenaje.

Ambientada en 1943, en plena segunda guerra mundial, Holly tiene un hermano, Fred, que está de servicio en la guerra. Ambos fueron amparados por Dog Golightly, el esposo de Holly, un hombre que se casó con una Lula Mae de 14 años y que la ama entrañablemente, y ella a él, pero no como él quisiera.

Breakfast at Tiffany's es un himno a la negación al sufrimiento, la rebeldía a quedarse estancado por demasiado tiempo, la necesidad de volar, de amar pero no de atarse, todo con el propósito de evitar el dolor, de vivir la vida con lo que tenga que ofrecer.

El narrador ama a Holly, no de manera romántica, sino humana, la siente suya, no porque la posea, sino porque simplemente la ama, y por eso la comprende, por eso le duele, y hace todo por ayudarla.  La añora, la estima, le desea la felicidad.

Es una historia melancólica, cundida de una esperanza que lleva consigo también la tristeza, pero que al mismo tiempo tiene un agridulce optimismo. El deseo del narrador y de todo aquel que termina de leer el libro, es que nuestra entrañable Holly, errante como Psiquis, libre como un gato, y con alas de paloma, encuentre un lugar a donde pertenecer.

Gabriela Amezcua
2017
















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