martes, 19 de febrero de 2013

"El destino de los reos no se devuelve nunca, como jamás se devuelve el agua de los ríos"

LA ISLA DE LOS HOMBRES SOLOS
José León Sánchez
1967

Playa de la Isla de San Lucas




Muchos recordarán aquella película mexicana con el mismo nombre. Yo la ví por televisión en 1996, me impactó de tal manera que tuve pesadillas ese día. Poco más me impactó saber después que era una historia real.

De antemano, aclaro que la historia del libro (la que acontece previa al momento en que el protagonista es encarcelado) tiene ciertas diferencias con la de la película. Sin embargo, lo que nos ha de helar la espina dorsal es que el autor del libro, el costarricense José León Sánchez, es el verdadero protagonista, y que las razones de su cautiverio distan mucho de las del personaje del libro y la película.

Imagen pintada en la pared del presidio de San Lucas en Costa Rica
Jacinto, el protagonista, es un hombre sencillo e inocente, que se ve devorado por la maldad y una falsa acusación de asesinato. Es enviado al presidio de San Lucas, conocido por ser un infierno. El autor nos lleva a las celdas, a las cadenas, a cómo dormían apilados, desnudos, revueltos en sus propias inmundicias. Lo que más impacta es que a su vez, José León Sánchez hace un retrato fidedigno de lo que él vió y vivió en la feroz prisión de San Lucas.

El autor, fue encarcelado acusado de robo de las joyas que pendían de la imagen de la vírgen de la "Basílica de los Ángeles". Lo apodaron "El monstruo de la Basílica", y lo sentenciaron a cadena perpetua en el horroroso presidio. Poco tiempo después lo envían a una Colonia Penal (que es una población de la que no pueden salir pero pueden tener ciertas libertades, como trabajar y vivir con sus familias). Es ahí donde empieza a escribir su crónica.

El libro está escrito con cierta poesía, a veces lo siento bastante "perfumado", sin embargo, esa manera adornada de describir sucesos, personas y sentimientos por lo general positivos, hace contraste con la franqueza con la que narra las abominaciones y crueldades que acontecen en el presidio. 

José León Sánchez sabe hacernos sentir esa melancolía dulzona y doliente. A través del pobre y sufriente Jacinto nos transmite la tristeza, el dolor, el quebranto, pero también un pequeño rayo de esperanza, de fe en Dios. 

Particularmente me conmovió este párrafo:

"Por la libertad estaba dispuesto a dar una pierna y la mano. La mano y un ojo. Y quizá las dos manos y quizá los dos ojos"

Para el ser humano, la libertad lo es todo, y eso nos recuerda "La Isla de Los Hombres Solos". Que si el hombre no es libre, es malo, pero la libertad no sólo es la que nos permite ir de un lado a otro, sino la fuerza que nos preserva de atarnos a lo que nos destruye.

Si les interesa leerlo, pueden contactarme a gamezcuag@gmail.com  y con gusto se los envío en formato epub

Gabriela Amezcua 2013


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